CAPITULO 2: del principio que da lugar a la división del trabajo
El hombre está continuamente necesitado de la ayuda de los demás para satisfacer todas sus necesidades y le será inutil esperar a que se la entregen de forma voluntaria y sin esperar nada a cambio. Es mucho más probable que consiga obtener algo si le ofrece un intercambio en el que se beneficien ambas partes.
“No es por la benevolencia del carnicero, del cervecero, o del panadero lo que nos procura nuestra cena, sino el cuidado que ponen ellos en su propio beneficio”.
Asi es como mediante el intercambio de productos da lugar a una división del trabajo en la que cada persona se especializa en la tarea que mejor desempeña.
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